Mucha liberación, mucha equidad, mucha defensa de género, mucha conciencia de lo femenino, pero algunos temas nos causan todavía cierto escozor. Uno de ellos es el sexo durante la menstruación… y me atrevería a decir queprácticamente todo lo que tenga que ver con el periodo, nos hace remolonear un poco en la silla e incluso poner cara de asquito.
Durante la menstruación los niveles de progesterona disminuyen, lo que provoca naturalmente que la libido aumente. El resultado: andamos peor que cuando teníamos 16 y mirábamos a los chicos jugar básquet o fútbol. Ufff. Sólo que hay un poderoso factor que puede hacernos abandonar la idea y esperar que esos días pasen antes de ponernos el baby doll y saltarle encima a la pareja: la noción cultural en la que aprendimos que la menstruación es algo sucio. Y sí, sangrar no deja de ser un tanto impresionante, pero la sangre menstrual es una señal de tu naturaleza femenina, y es también la sangre que te mantiene viva y caliente (sí, caliente en grados Farenheit y caliente de lo otro).
Que levante la mano quién no aprendió que esos días debían ser secretos para el resto del mundo: nadie debería saber cuándo estás menstruando. Mancharte es lo más vergonzoso que te puede pasar porque entonces everybody knows. Y ni hablar de sexo: imaginamos que quedará un batidero digno del mismísimo Jack el Destripador. Sin embargo, expertos que saben de sexo aseguran que las molestias más comunes de la menstruación disminuyen al tener una sesión de intimidad acalorada con el significant-other.
Además la sangre menstrual sirve como un lubricante natural que facilita la penetración. De hecho, durante la menstruación la vagina es más sensible, por lo que los orgasmos son más intensos. Sounds good. Y aunque debes consultarlo bien con tu ginecólogo (no corras riesgos que 9 meses después, lloren), en la mayoría de las mujeres los días fértiles son posteriores a la menstruación, así que la posibilidad de embarazo es menor. ¿La idea no te encanta? Puedes probarlo como una oportunidad de compartir un momento muy íntimo con tu pareja y dejar de esconderte bajo las sábanas.
Así que si se te antoja y a tu pareja también, prueben el sexo durante la menstruación. Al igual que el sexo anal, hacerlo o no obedece a una concepción cultural e incluso ideológica, más que práctica. Si no quieres manchas sobre las sábanas, coloca una toalla oscura encima y ten a la mano paños limpios para después. C’mon!, es momento de experimentar… antes, durante y después de tus días.
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