Para Ashley Bridges, la vida era feliz. Ella y su novio, Jonathan Caughey, estaban enamorados y junto con su joven hijo Braiden, estaban contentos de formar una familia. El único problema era su rodilla dolorida. Había comenzado a molestarla en la primavera de 2012.
Empezaron entonces sus "múltiples visitas" a la consulta del médico. "Le dije al doctor, 'Creo que hay algo malo en mi rodilla. A veces me duele mucho pero luego se va el dolor".
El médico le dijo que probablemente era sólo la artritis o bursitis. Luego volvió un par de meses más tarde y le dijeron que su dolor era "algo con lo que tendría que vivir".
Esto se prolongó durante más de un año hasta que finalmente Bridges, que vive en Menifee, California, no podía andar y fue derivada a un especialista en octubre de 2013. Pero antes de que pudieran verla el dolor se hizo tan insoportable que fue a urgencias al hospital.
"Tenía un dolor insoportable en mi rodilla y ya no podía sentir los dedos de mis pie. Así que fui al hospital y lo hicieron un examen de rayos X", dijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario